El año que recién inicia demanda de actividades alternativas para dinamizar la economía. De 193 países, cerca del 83% proyecta déficit fiscal respecto de su PIB para el 2021.
La compleja realidad que vive el mundo por la pandemia Covid19 obliga a repensar los mapas estratégicos diseñados para ejecutarse en los programas de gobierno, con enfoque en sus competencias; el valor que aportan y los apoyos que pueden concitar del tercer sector.
El camino estratégico de la administración pública siempre debe trazarse con el objetivo de aportar bienestar a sus ciudadanos, esto acompañado del apoyo técnico con miras a perfeccionar el criterio político de las medidas que se implementan.
El déficit proyectado en nuestro país ronda el 9 % del producto interno bruto, lo que indica que ante una economía global resentida el gobierno debe implementar acciones de economía alternativa sin descuidar la salud y los programas de asistencia social. La situación actual demanda nuevas líneas de producción, innovación y mayor competitividad para responder apropiadamente ante la crisis.
Osborne, escribió un libro que se titula “Reinventing the Goverment” en el que explica magistralmente su propuesta para introducir técnicas de management del sector privado en la administración pública. Este modelo “Reinventing” fue patrocinado en la gestión del presidente Bill Clinton, introduciendo indicadores de eficiencia en los diferentes servicios públicos.
Desde hacer lo mismo con menos recursos hasta procurar la colaboración de los ciudadanos para definir los objetivos sociales públicos y privados, su vicepresidente Al Gore, impulsó la reforma de esa administración buscando eficiencia, implementando técnicas de evaluación a posteriori respecto de las políticas públicas y planificándolas a priori.
No es fácil, atender responsablemente la crisis y lograr crecimiento económico en un escenario que ha sufrido el impacto global, requiere del esfuerzo colectivo y la suficiente voluntad política para actuar en conjunto.