Pensar en la hazaña del Dr. Leonel Fernández y los errores de la cúpula del partido que le vio surgir es a veces entretenido, uno es frio y hacendoso sin preocuparse más que por el trabajo en favor de la historia, el otro calculador y truhan, procurando siempre su propio bienestar sin importar que no aporte reales cosas a la tradición, viven el momento y aprovechan la oportunidad al máximo para sí mismos y los suyos, no miden consecuencia ni procuran una trayectoria consiente.
Napoleón, con todas sus luces y sombras marcó con guerras y leyes el inicio de la historia contemporánea de Europa, el presidente Leonel lo hizo en el terruño, desde el momento en que rompió el monopolio de la comunicación y la telemática, dignificó la vida de los educadores, dio paso a la modernización del transporte, las instituciones que eficientizarían la diplomacia, la representación nuestra ante otras naciones, que muchas veces tomó en sus manos, en fin elevó a la potencia el presupuesto nacional dando la oportunidad a todos de hacerlo bien, de casarse con la historia, de la nada hizo un país, porque no había ni estelas para seguir en materia de desarrollo.
Napoleón creó importantes transformaciones: la centralización de la administración de los departamentos, la educación superior, un nuevo código tributario, un banco central, nuevas leyes y un sistema de carreteras y cloacas. Leonel: académico, líder internacional, analista del desarrollo mundial, conferencista, mediador en crisis internacionales, reserva de la ONU. Los otros a la espera de ver que le depara el futuro e imponiéndose en un partido que pusieron a su merced de manera arbitraria en un personalizado gobierno.
Napoleón, emperador que nunca abandonó su investidura de soldado hasta el final de sus días: su uniforme azul, sombrero bicorne y su lecho de muerte en Santa Elena, un catre militar de hierro liso, personifican su gesta… Así esa labor literaria, organización de encuentros de mentes, pensadores, de un espacio dedicado a la educación constante en democracia y desarrollo, rey opositor sin nombrar a nadie, sin descarrilar sus seguidores, sin buyas ni protestas, mas con propuestas visibles, creíbles y certeras, de manera constante, simbolizan al león que ruge cada día más fuerte.
Cuando Leonel decidió dejar el PLD no fue en busca de nada, fueron convicciones por el maltrato inclemente y permanente recibido de sus amigos, convicciones personales. Consciente de la tarea que había por delante no perdió un solo momento, abrazado de su dignidad, la necesidad de recuperar su estatus, su trabajo, sus amigos verdaderos, su familia, su verdad, su gente y su ideal.
Ya nos había dejado el legado de impedir aquella famosa reforma constitucional y aquella reelección maligna, que honestamente, deberíamos dedicar a don Johnny Ventura en especial (Hagan memoria). Hoy por hoy no hay nadie en el país con el posicionamiento, las cualidades, las condiciones, la experiencia, la oportunidad, la obligación, los números, las propuestas, el equipo, los seguidores, la agenda, del Dr. Leonel Antonio Fernández Reyna, en toda la República Dominicana.
Personalmente y se que así todo el que entiende que el momento amerita de mayor planificación y preparación para el retorno al desarrollo sostenible, para con solidar muchas cosas y para que en los próximos siglos no nos lamentemos por la lentitud en la salida del subdesarrollo, honestamente pienso que necesitamos un presidente como lo definimos aquí.