Luis Abinader, presidente de la República Dominicana, enfrenta un momento crucial en su mandato mientras lucha por asegurar su reelección presidencial. Sin embargo, su camino hacia un segundo mandato se encuentra plagado de desafíos que cuestionan tanto su gestión económica como su estrategia política.
Uno de los principales puntos de crítica hacia el gobierno de Abinader ha sido su manejo de la economía, especialmente su gestión de la deuda nacional. Desde su llegada al poder en agosto de 2020, Abinader ha llevado al país a acumular una deuda pública que supera los 39 mil millones de dólares, cifra que ha despertado preocupaciones sobre la estabilidad financiera a largo plazo. A pesar de la falta de transparencia en cuanto a los destinos de este endeudamiento, su gobierno continúa aumentando la deuda pública, generando interrogantes sobre la verdadera situación económica del país.
Además, el gobierno de Abinader se ha caracterizado por una intensa campaña de promoción, destinando una cantidad significativa de recursos a publicidad y propaganda gubernamental. Se estima que más de 9 mil millones de dólares han sido destinados a promocionar las acciones de su gobierno, lo que ha generado críticas sobre el uso excesivo de fondos públicos con fines políticos.
Otro aspecto controvertido de la estrategia política de Abinader ha sido la presunta compra de votos en las elecciones pasadas. Aunque su partido logró obtener la mayoría de los alcaldes, la victoria fue considerada pírrica debido a las denuncias de irregularidades y prácticas cuestionables durante el proceso electoral. Estas acusaciones han alimentado la percepción de que el gobierno de Abinader está dispuesto a recurrir a tácticas dudosas para mantenerse en el poder.
Además de los desafíos económicos, Abinader se enfrenta a una batalla política por su reelección. Su principal rival, Leonel Fernández, representa una fuerza formidable en el panorama político dominicano, con un respaldo significativo y una base de seguidores leales que, aunque la mayoría no se animaron a votar en las elecciones de febrero, es seguro que votarían el próximo 19 de mayo por su candidato.
Si las encuestas que pronostican una segunda vuelta electoral se materializan, Abinader podría encontrarse en una posición precaria, especialmente si Fernández es quien logra el segundo lugar en las urnas, lo cual es muy probable ya que en simpatía e intención de votos duplica a su contrincante más cercano, Abel Martínez.
En todo caso, el futuro político de Luis Abinader y del PRM está envuelto en incertidumbre. La gestión económica opaca, el gasto excesivo en promoción gubernamental y las acusaciones de prácticas antidemocráticas plantean serias dudas sobre la capacidad del presidente dominicano para liderar el país de manera efectiva. Las próximas elecciones serán un verdadero test para Abinader y su gobierno, determinando si logran ganarse la confianza del pueblo dominicano o si enfrentarán una derrota en las urnas.
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