Pero desde los años 30,40,50 se convirtió en una fiesta para la familia, para ir al estadio a divertirse, almorzar, tomar cervezas, refrigerios y zumos de frutas, comer pizzas deleitarse de mil manera.
Compartir un juego es identificarse con las jugadas, los jugadores, los narradores, los fanáticos la música y el ambiente.
Hay muchos atractivos, muchas cosas por la que los que organizamos torneos de béisbol debemos luchar, es en sí… un negocio que se puede convertir en nuestra principal fuente de ingreso y que a mucha gente le ha servido hasta para hacerse ricos y muy ricos.
La clave es organizar torneos bonitos donde la gente se sienta bien y que no se armen bochinches ni chismes sino que entre todos los equipos den un buen espectáculo que atraiga la prensa y a los fanáticos.
Todo lo demás viene por añadidura
Es decir, los útiles, el estadio y los juegos atraen a los peloteros.
Entonces los peloteros con sus alegrías y entusiasmos atraen a los fanáticos…
Entonces la fanatizadas, el juego y los medios de comunicación junto a los narradores, comentaristas y periodistas atraen a los patrocinadores.
Una vez llegan los patrocinadores y el espectáculo crece y se vuelve vistoso o viral ya se convierte el evento en un patrimonio social.
Cuando ya somos un patrimonio, un evento masivo, una institución entonces entra el Estado con la obligación que tiene de garantizar la buena convivencia de los pueblos que gobierna… Entonces el Estado, los patrocinadores y el aporte de los fanáticos convierten el evento en un negocio que sirve para que los plomeros, los jugadores, el dirigente, los narradores, comentaristas, recoge bate y hasta el Conserge pueda beneficiarse de todo el conjunto de actividades que envuelve el béisbol.
En conclusión,
Los organizadores, dirigentes y atletas todos, los que organizamos este evento debemos de no rendirnos y ocuparnos de cada detalle que envuelve el evento.
Somos en sí una familia,
Debemos luchar porque los peloteros los dirigentes, el fanático y todos los que participamos, todos se conozcan entre sí y se tengan respeto y cariño… es por eso que se organizan ceremonias y diversas actividades dentro del juego, para dinamizar y poner a crecer el evento y que eso valores se transfieran a toda la población.
Algo a tener en cuenta es que todos los Estadios del mundo tuvieron un inicio a veces hasta más pobre que el de La Marina, el Temistocles Metz de San Cristóbal o el Municipal de Cotuí.
¡Vamo al swing!
Pasión por el Béisbol.