Es patético escuchar a ciertos analistas elogiando a Biden e ignorando a posta, la gran manipulación que se ha denunciado, y que es evidente en varios estados, con los votos ilegales insertados al sistema de conteo contra Donald Trump.
Gente ácidamente críticos del «Imperio», que hoy desdicen de sus íconos de la izquierda, con los que no estábamos de acuerdo ideológicamente, pero que por lo menos, tenían un discurso más apegado a la justicia social que pretendían.
Hoy abogan para que una Kamala Harris gobierne a EE.UU., sencíllamente porque Trump les cae mal o porque desde el principio, su real motivación ha sido sabotear la democracia de la gran nación del norte y propiciar la dictadura globalista.
Solo hay que ver el «background» de la compañera de boleta de Biden para darse cuenta, de que si al final imponen su trampa, lo que vendrá es anarquía, y después control total, al mejor estilo de George Orwell.