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¡Se ha cumplido el tiempo!

Porque tú fuiste inmolado, Y nos has redimido para Dios con tu sangre, De todo “linaje” y “lengua” y “pueblo y nación”; Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra

¡Se ha cumplido el tiempo!

Caída Política Humana Cae todo, Se derrumban todos los Poderes de la Tierra, Dios Habla, Los Profetas Avisan: (Parte II)

HA LLEGADO LA REVELACION APOCALIPTICA: He aquí, la hora de la tentación que ha venido en todo el mundo, para probar a los que moran en la tierra.

Basado en: el Libro de Apocalipsis: (96 D.C.)

Capítulo 5,

El rollo y el Cordero: (1-14)

Y VI en la mano derecha

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  • Del que estaba sentado sobre el trono
  • Un libro escrito de dentro y de fuera,
  • Sellado con siete sellos.
  • Y vi un fuerte ángel predicando en alta voz:

¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos?

Y ninguno podía,

  • Ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro, ni mirarlo.

 Yo lloraba mucho,

  • Porque no había sido hallado ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.

Y uno de los ancianos me dice:

No llores:

  • He aquí el león de la tribu de Judá, la raíz de David,
  • Que ha vencido para abrir el libro, y desatar sus siete sellos.

Y miré;

  • Y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales,
  • Y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como inmolado,

Que tenía

  • cuernos, y  
  • Siete ojos, que son los
  • Siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra.

Y él vino,

  • Y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono.

Y cuando hubo tomado el libro,

  • Los cuatro animales y Los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero,
  • Teniendo cada uno arpas, y copas de oro llenas de perfumes,
  • Que son las oraciones de los santos:

Y cantaban

  • Un nuevo cántico, diciendo:

Digno eres

  • De tomar el libro, y de abrir sus sellos;

Porque tú fuiste inmolado,

  • Y nos has redimido para Dios con tu sangre,
  • De todo “linaje” y “lengua” y “pueblo y nación”;
  • Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

Y miré,

  • Y oí voz de muchos ángeles alrededor del trono,
  • Y de los animales, y de los ancianos;
  • Y la multitud de ellos era millones de millones,

Que decían en alta voz:

  • El Cordero que fué inmolado

Es digno

  • De tomar el poder y “riquezas” y “sabiduría”, y “fortaleza” y “honra” y “gloria” y”alabanza”.

Y oí á toda criatura

  • Que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra,
  • Y que está en el mar, y todas las cosas que en ellos están,

Diciendo:

  • Al que está sentado en el trono, y al Cordero,

Sea

  • La bendición, y la “honra”, y la” gloria”, y el “poder”, para siempre jamás.

Y los

  • Cuatro animales decían: Amén.
  • Y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros,
  • Y adoraron al que vive para siempre jamás.

Capítulo 6, Los sellos: (1-7)

Y MIRÉ Cuando el Cordero

Abrió uno de los sellos,

  • Y oí á uno los cuatro animales diciendo como con una voz de trueno:

Ven y ve.

  • Y miré, y he aquí un caballo blanco:
  • Y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco;

Y le fué dada

  • Una corona, y salió victorioso,
  • Para que también venciese.
  • Y cuando él

Abrió el segundo sello,

  • Oí al segundo animal, que decía:

Ven y ve.

  • Y salió otro caballo bermejo:
  • Y al que estaba sentado sobre él,
  • Fué dado poder de quitar la paz de la tierra,

Y que se maten

  • Unos á otros: y fuéle dada una grande espada.
  • Y cuando él

Abrió el tercer sello,

  • Oí al tercer animal, que decía:

Ven y ve.

  • Y miré, y he aquí un caballo negro:
  • Y el que estaba sentado encima de él, tenía un peso en su mano.
  • Y oí una voz en medio de los cuatro animales, que decía:
  • Dos libras de trigo por un denario,
  • Y seis libras de cebada por un denario:
  • Y no hagas daño al vino ni al aceite.
  • Y cuando él

Abrió el cuarto sello,

  • Oí la voz del cuarto animal, que decía:

Ven y Ve. (8-17)

  • Y miré, y he aquí un caballo amarillo:
  • Y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el infierno le seguía:
  • Y le fué dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada,
  • Con hambre, con mortandad, y con las bestias de la tierra.
  • Y cuando él

Abrió el quinto sello,

  • Vi debajo del altar las almas de los que
  • Habían sido muertos por la palabra de Dios
  • Y por el testimonio que ellos tenían

Y clamaban en alta voz diciendo:

¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, ¿No juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?

  • Y les fueron dadas sendas ropas blancas,
  • Y fuéles dicho que reposasen todavía un poco de tiempo,
  • Hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos,
  • Que también habían de ser muertos como ellos.
  • Y miré cuando él

Abrió el sexto sello,

  • Y he aquí fué hecho un gran terremoto;
  • Y el sol se puso negro como un saco de cilicio,
  • Y la luna se puso toda como sangre;
  • Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra,
  • Como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento.

Y el cielo

  • Se apartó como un libro que es envuelto;
  • Y todo monte y las islas fueron movidas de sus lugares.

Y los reyes

  • De la tierra, y los príncipes, y los ricos,

Y los

  • capitanes, y
  • Los fuertes, y
  • Todo siervo y
  • Todo libre,
  • Se escondieron en las cuevas
  • Y entre las peñas de los montes;

Y decían á los montes y á las peñas:

  • Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél

Que está sentado

  • Sobre el trono, y de la ira del Cordero:

Porque

  • El gran día de su ira es venido;
  • ¿y quién podrá estar firme?

Capítulo 7, Los 144 mil sellados: (1-8)

Y DESPUÉS de estas cosas

Vi cuatro ángeles

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  • Que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra,
  • Deteniendo los cuatro vientos de la tierra,
  • Para que no soplase viento sobre la tierra,
  • Ni sobre la mar, ni sobre ningún árbol.

Y vi otro ángel

  • Que subía del nacimiento del sol,
  • Teniendo el sello del Dios vivo:

Y clamó con gran voz

  • Á los cuatro ángeles, á los cuales era dado hacer daño á la tierra y á la mar,

Diciendo

  • No hagáis daño á la tierra, ni al mar, ni á los árboles,
  • Hasta que señalemos á los siervos de nuestro Dios en sus frentes.

Y oí el número de los señalados:

  • Ciento cuarenta y cuatro mil señalados de todas las tribus de los hijos de Israel.
  • De la tribu de Judá, doce mil señalados.
  • De la tribu de Rubén, doce mil señalados.
  • De la tribu de Gad, doce mil señalados.
  • De la tribu de Aser, doce mil señalados.
  • De la tribu de Neftalí, doce mil señalados.
  • De la tribu de Manasés, doce mil señalados.
  • De la tribu de Simeón, doce mil señalados.
  • De la tribu de Leví, doce mil señalados.
  • De la tribu de Issachâr, doce mil señalados.
  • De la tribu de Zabulón, doce mil señalados.
  • De la tribu de José, doce mil señalados.
  • De la tribu de Benjamín, doce mil señalados.

La multitud vestida de ropas blancas: (9-12)

Después de estas cosas

  • Miré, y he aquí una gran compañía,
  • La cual ninguno podía contar,
  • De todas gentes y linajes y pueblos y lenguas,
  • Que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero,
  • Vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos;

Y clamaban en alta voz, diciendo:

  • Salvación á nuestro Dios que está sentado sobre el trono,

 Y al Cordero.

  • Y todos los ángeles estaban alrededor del trono, y de los ancianos

y los cuatro animales;

  • Y postráronse sobre sus rostros delante del trono,
  •  Y adoraron á Dios, Diciendo:

Amén:

  • La bendición
  • Y la gloria
  • Y la sabiduría,
  • Y la acción de gracias
  • Y la honra
  • Y la potencia
  • Y la fortaleza,

Sean

  • Á nuestro Dios para siempre jamás.

Amén. (13-17)

  • Y respondió uno de los ancianos, diciéndome:
  • Estos que están vestidos de ropas blancas,

¿Quiénes son, y de dónde han venido?

  • Y yo le dije: Señor, tú lo sabes.

Y él me dijo:

  • Estos son los que han venido de grande tribulación,
  • Y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero.

Por esto están

  • Delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo:
  • Y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos.

No tendrán más hambre, ni sed,

  • Y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor.

Porque

  • El Cordero que está en medio del trono los pastoreará,
  • Y los guiará á fuentes vivas de aguas:
  • Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos.

Capítulo 8, El Séptimo Sello: (1-5)

Y CUANDO él abrió el séptimo sello,

  • Fué hecho silencio en el cielo casi por media hora.
  • Y vi los siete ángeles que estaban delante de Dios;
  • Y les fueron dadas siete trompetas.

Y otro ángel

  • Vino, y se paró delante del altar,
  • Teniendo un incensario de oro; y le fué dado mucho incienso
  • Para que lo añadiese á las oraciones de todos los santos
  • Sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

Y el humo del incienso

  • Subió de la mano del ángel delante de Dios,

Con las oraciones de los santos.

  • Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar,
  • Y echólo en la tierra; y fueron hechos truenos y voces y relámpagos y terremotos.

Las Trompetas: (6-13)

  • Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas,
  • Se aparejaron para tocar.

Y el primer ángel

  • Tocó la trompeta, y fué hecho granizo y fuego,
  • Mezclado con sangre, y fueron arrojados á la tierra;
  • Y la tercera parte de los árboles fué quemada,
  • Y quemóse toda la hierba verde.

Y el segundo ángel

  • Tocó la trompeta, y como un grande monte ardiendo
  • Con fuego fué lanzado en la mar;
  • Y la tercera parte de la mar se tornó en sangre.
  • Y murió la tercera parte de las criaturas que estaban en la mar,
  • Las cuales tenían vida; y la tercera parte de los navíos pereció.

Y el tercer ángel

  • Tocó la trompeta, y cayó del cielo una grande estrella,

Ardiendo

  • como una antorcha, y cayó en la tercera parte de los rios,
  • Y en las fuentes de las aguas.
  • Y el nombre de la estrella se dice Ajenjo.
  • Y la tercera parte de las aguas fué vuelta en ajenjo:
  • Y muchos hombres murieron por las aguas,
  • Porque fueron hechas amargas.

Y el cuarto ángel

  • Tocó la trompeta, y fué herida la tercera parte del sol,
  • y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas;
  • De tal manera que
  •  Se oscureció la tercera parte de ellos,
  • Y no alumbraba la tercera parte del día, y lo mismo de la noche.
  • Y miré, y oí un ángel volar por medio del cielo, diciendo en alta voz:

¡Ay! ¡ay! ¡ay!

  • ¡De los que moran en la tierra,
  • ¡Por razón de las otras voces de trompeta de los tres ángeles que han de tocar!

Capítulo 9, (9-21)

Y EL quinto

  • Ángel tocó la trompeta,
  • Y vi una estrella que cayó del cielo en la tierra;
  • Y le fué dada la llave del pozo del abismo.

Y abrió el pozo del abismo,

  • Y subió humo del pozo como el humo de un gran horno;
  • Y oscurecióse el sol y el aire por el humo del pozo.
  • Y del humo salieron langostas sobre la tierra;
  • Y fueles dada potestad, como tienen potestad los escorpiones de la tierra.
  • Y les fué mandado que no hiciesen daño á la hierba de la tierra,

Ni á ninguna cosa verde, ni á ningún árbol,

  • Sino solamente á los hombres que no tienen la señal de Dios en sus frentes.
  • Y les fué dado que no los matasen, sino que los atormentasen cinco meses;
  • Y su tormento era como tormento de escorpión, cuando hiere al hombre.
  • Y en aquellos días buscarán los hombres la muerte, y no la hallarán;
  • Y desearán morir, y la muerte huirá de ellos.

Y el parecer de las langostas

  • Era semejante á caballos aparejados para la guerra:
  • Y sobre sus cabezas tenían como coronas semejantes al oro;
  • Y sus caras como caras de hombres.

Y tenían cabellos como cabellos de mujeres:

  • Y sus dientes eran como dientes de leones.
  • Y tenían corazas como corazas de hierro; y el estruendo de sus alas,
  • Como el ruido de carros que con muchos caballos corren á la batalla.
  • Y tenían colas semejantes á las de los escorpiones,

Y tenían en sus colas aguijones;

  • Y su poder era de hacer daño á los hombres cinco meses.
  • Y tienen sobre sí por rey al ángel del abismo,
  • Cuyo nombre en hebraico es Abaddon, y en griego, Apollyon.

El primer ¡Ay! es pasado:

  • He aquí, vienen aún dos ayes después de estas cosas.

Y el sexto

  • Ángel tocó la trompeta; y oí una voz
  • De los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios,
  •  Diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta:

Desata

  • Los cuatro ángeles que están atados en el gran río Eufrates.
  • Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban aparejados
  • Para la hora y día y mes y año, para matar la tercera parte de los hombres.
  • Y el número del ejército de los de á caballo era doscientos millones.

Y oí el número de ellos.

  • Y así vi los caballos en visión, y los que sobre ellos estaban sentados,
  • Los cuales tenían corazas de fuego, de jacinto, y de azufre.
  • Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones;
  • Y de la boca de ellos salía fuego y humo y azufre.

De estas tres plagas

  •  Fué muerta la tercera parte de los hombres:
  • Del “fuego”, y del “humo”, y del “azufre”, que salían de la boca de ellos.

Porque su poder está en su boca y en sus colas:

  • Porque sus colas eran semejantes á serpientes, y tenían cabezas, y con ellas dañan.
  • Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas,
  • Aun no se arrepintieron de las obras de sus manos,
  • Para que no adorasen á los demonios, y á las imágenes de oro,
  • Y de plata, y de metal, y de piedra, y de madera;

Las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar:

  • Y no se arrepintieron de sus homicidios,
  • Ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.

Capítulo 10,

El ángel con el librito: (1-11)

Y VI otro ángel

  • Fuerte descender del cielo, cercado de una nube,
  • Y el arco celeste sobre su cabeza; y su rostro era como el sol,
  • Y sus pies como columnas de fuego.

Y tenía en su mano un librito abierto:

  • Y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
  • Y clamó con grande voz, como cuando un león ruge:
  • Y cuando hubo clamado, siete truenos hablaron sus voces.
  • Y cuando los siete truenos hubieron hablado sus voces, yo iba á escribir,

Y oí una voz del cielo que me decía:

  • Sella las cosas que los siete truenos han hablado, y no las escribas.

Y el ángel que vi

  • Estar sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
  • Y juró por el que vive para siempre jamás, que ha criado el cielo y las cosas que están en él,
  • Y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él,

 Que el tiempo no será más, Pero en los días

  • De la voz del séptimo ángel, cuando él comenzare á tocar la trompeta,
  • El misterio de Dios será consumado, como él lo anunció á sus siervos los profetas.

Y la voz

  • Que oí del cielo hablaba otra vez conmigo, y decía:

Ve, y toma el librito abierto

  • De la mano del ángel que está sobre el mar y sobre la tierra.

Y fui al ángel,

  • Diciéndole que me diese el librito, y él me dijo:

Toma, y trágalo;

  • Y él te hará amargar tu vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
  • Y tomé el librito de la mano del ángel, y lo devoré;

Y era dulce en mi boca como la miel;

  •  Y cuando lo hube devorado, fué amargo mi vientre.

Y él me dice:

  • Necesario es que otra vez profetices á muchos pueblos y gentes y lenguas y reyes.

Nota:

  • Atentos a laSiguiente parte, estásumamente interesante.
  • Mucha Atención a laPróxima Transcripción Bíblica,
  • El lunes 18 de Septiembre 2023, a las 8:00 Am.:

CEBI dominicana

Transcripción Publica Generalizada

Licda. Marys Sena Pérez,

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Evangelista y Obrera Bíblica Dominicana

Autoría de

Mary's Sena Pérez es una contable de la Facultad de Ciencias Económicas, graduada en la Universidad O&M. En la actualidad, es miembro del Instituto de Contadores Públicos Autorizados y fundadora de la Fundación Misionera Naturaleza y Salud (FUMINASA). También posee un Máster en Gestión Directiva de Instituciones en Salud.

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