Daniel Galilea
Normalmente sería una buena noticia que el diablo se extinga, pero en el caso de este “diablo” en particular, la novedad positiva es el éxito de los esfuerzos humanos para lograr que sobreviva.
Los demonios de Tasmania, los marsupiales carnívoros vivientes más grandes del mundo, están siendo reintroducidos en el continente australiano para volver a correr libres en esas tierras donde una vez vivieron en estado salvaje, terminando un exilio de 3.000 años en la isla de Tasmania y ofreciendo otra oportunidad de supervivencia a esta especie en peligro de extinción.
El diablo o demonio de Tasmania (‘Sarcophilus harrisii’) es un fornido carnívoro de apariencia vagamente parecida a un oso.
Esta criatura, conocida como ‘purinina’ por los aborígenes, fue proclamada en 2015 el “Emblema Animal del Estado de Tasmania”, explicando que los primeros colonos europeos lo denominaron así, porque se asustaban por las llamadas que emite este animal por la noche y con las que no estaban familiarizados.
Su nombre no solo proviene de su gruñido ronco, sino también de una expresión “diabólica” que exhibe con sus mandíbulas abiertas, dientes fuertes y frecuente mal genio, e incluye además la denominación de la isla australiana donde este animal vive en estado silvestre, y que es su único hábitat nativo.
Este animal, principalmente carroñero, pesa hasta 12 kilos, mide de 50 a 80 centímetros de largo y tiene una gran cabeza cuadrada, una cola tupida y pelaje negro con una mancha blanca. Es el marsupial carnívoro (sus crías son incubadas en la bolsa ventral de la hembra) de mayor tamaño que existe.
Los demonios de Tasmania, catalogados desde 2008 como una especie en peligro de extinción, desaparecieron de Australia continental en gran parte porque fueron desplazados por los dingos (subespecie de lobo descrita como un perro salvaje) que cazan en manadas, según la organización conservacionista Global Wildlife Conservation, GWC (www.globalwildlife.org).
En el estado insular de Tasmania, una dolencia llamada la ‘enfermedad del tumor facial del diablo’ (DFTD), el único cáncer contagioso conocido, diezmó hasta el 90% de la población salvaje de demonios, quedando en la actualidad solo 25.000 demonios en la naturaleza de la isla, según GWC.
Ahora tres organizaciones conservacionistas han puesto en marcha la reintroducción del ‘diablo’ en Australia continental para que viva y se reproduzca en estado salvaje, en una iniciativa destinada a revitalizar la fauna de Australia, el país con la peor tasa de extinción de mamíferos del mundo, según GWC.
Las organizaciones Aussie Ark, GWC y WildArk liberaron recientemente a once ejemplares de demonios de Tasmania en un santuario de vida silvestre de 400 hectáreas en Barrington Tops, a unos 200 kilómetros al norte de Sídney, que se suman a quince especímenes devueltos a la naturaleza anteriormente.
El actor australiano Chris Hemsworth, que encarna a Thor en la saga fílmica de Marvel, y su esposa, la actriz española Elsa Pataky, ambos amigos de WildArk (www.wildark.org) , ayudaron a liberar a algunos de los animales en su nuevo hogar.
UN HISTÓRICO REGRESO A LA NATURALEZA
Para Tim Faulkner, presidente de Aussie Ark, quien ha trabajado con los demonios de Tasmania durante más de 10 años para devolverlos a la naturaleza, este ha sido un paso histórico que pone en marcha la restauración ecológica de todo un país.
“No se trata solo de reintroducir a un animal amado en Australia para que vuelva vivir en los grandes bosques del Este, como hace 3.000 años, sino que además este animal manipulará el entorno, restaurando y reequilibrando nuestra ecología forestal después de siglos de devastación por la introducción de zorros, gatos y otros depredadores invasores”, adelanta Faulkner.
Durante la última década, Aussie Ark ha estado creando una población asegurada de demonios de Tasmania y aprendiendo todo lo posible sobre estos animales, incluida su fisiología reproductiva, comportamiento y necesidades ecológicas, según esta organización (www.aussieark.org.au).
Aussie Ark, que impulsa un programa de cría de demonios de Tasmania que hoy incluye a más de 200 animales, seleccionó a los ejemplares más adecuados para la reintroducción basándose en que puedan reproducirse entre sí sin endogamia.
SU NUEVO HOGAR: UN SANTUARIO SILVESTRE
El santuario salvaje donde fueron liberados evita la propagación de enfermedades, plagas salvajes, malezas nocivas e incendios que puedan afectar a estos animales, y los mantendrá alejados de las carreteras, para que aprendan a no asociar los autos con la comida y dejen de acercarse al tráfico para alimentarse de animales atropellados y sean a su vez atropellados.
Los animales han sido criados de una manera que fomenta sus comportamientos naturales, para garantizar que mantengan todas las habilidades que necesitan para sobrevivir en la naturaleza.
Además del diablo de Tasmania, Aussie Ark planea reintroducir en el santuario salvaje, en los próximos años, a otras seis especies fundamentales para el ecosistema de Australia, todas elegidas para ayudar a restablecer el equilibrio natural de país.
Esta entidad liberará en Australia a cuarenta demonios más que, al igual que los actuales, serán monitoreados a través de inspecciones periódicas, collares de radio equipados con transmisores y cámaras de video, para recaban información que permitirá seguir perfeccionando el proceso de reintroducción.
Esto dará a los investigadores la oportunidad de aprender cómo les va a los demonios, dónde reclaman territorio, qué desafíos enfrentan, qué comen y si se están reproduciendo.